Esta es una de las últimas bodas del año que voy a fotografiar, y puedo decir que ha sido un cierre a todo lo grande.
Tenemos a Valeria, una chica italiana que viene de Erasmus a Valencia a ver a unos amigos y de rebote conoce al hermano de uno de los amigos, con el que se casará unos cuantos años más tarde. Y a Jorge, que se pasa demasiado tiempo viajando por el mundo pero suficiente para hacerle una ruta turística a la chica italiana.
Y hasta Cullera la llevó hace muchos años para enseñarle las playas, y a Cullera volvieron muchos años después para casarse y dar el si quiero en el Santuario de la Virgen del Castillo.
Y para mi fue todo un descubrimiento, porque aunque conocía Cullera nunca había subido no ya solo hasta el santuario, si no más arriba. Que además tuvimos la suerte de llegar con la luz ideal para redondear un reportaje de boda precioso con una luz cálida que le va de perlas a la calidez de esta pareja, como podéis ver en la portada de este resumen:
Ah, al final de este post tenéis un vídeo con todas las fotos -menos las más privadas…- de este reportaje.
Si la portada es bonita, continua viendo el resto de fotos!
Pero lo primero es irnos con Jorge a su casa para grabar a fuego los momentos previos y los nervios de un día tan importante, entrañable y divertido.
Al principio nada de poses, tu habla y haz lo que tengas que hacer que yo ya voy disparando mis fotos… esto ya lo explico durante mis prebodas, y si no tienes claro qué necesita un fotógrafo, lee esta entrada.
Aunque en una boda siempre se hacen muchas fotos mezclando estilos e intentando balancear la parte artística, la parte puramente de fotografía de recuerdo, fotos obligadas… en el blog me gusta mostrar los retratos o fotos de boda que me diferencia de otros fotógrafos, como estas fotos divertidas, o como el retrato de abajo en la que el retrato de Jorge he jugado con la sombra para conseguir un retrato más personal y con más fuerza.
¡Hasta el gato de Valeria se ha preparado para las fotos de la boda!
En la siguiente foto los padres de Valeria, que residen en Italia y visitaban la nueva casa de la pareja, ayudaron a colocar en su sitio algunos recuerdo y detalles. Una foto que a los extraños no os dirá nada, pero para la familia siempre es un recuerdo divertido conservar para muchos años que el padre de la novia estaba la mañana de la boda arreglando la casa…
Entre tantas fotos de boda no posadas siempre hay tiempo para algunos retratos un poco más dirigidos: “¿Te apetece tumbarte en el sofá a ver la tele?” Y ahí tenemos un retrato la mar de glamuroso.
¡Bueno, no todas las fotos son así de glamurosas!
Cosas que pasan y nadie ve -menos el fotógrafo- mientras todos esperan a la novia dentro de la iglesia.
Aprovechamos el sol fuerte que teníamos a la salida de la iglesia para hacer algunas fotos de la pareja ellos solos en plan romanticón.
Y luego escalamos hasta la zona de las antenas donde las vistas del valle, la calidez de la hora y la calidez de los abrazos de Jorge y Valeria me permitieron acabar muy satisfecho con estas imágenes.
Y ya de noche llegamos al restaurante, en el Saler, la Arrocería Duna, donde aparte de las fotos de grupo mas habituales que los invitados me solicitaban, me dedicaba a cazar detalles divertidos de todo el mundo, sobre todo sorprender a la gente riéndose o haciendo un poco el payaso.
Aunque es muy difícil transmitir la emoción de este momento, os puedo asegurar que los lagrimones de Valeria mientras bailaba con su marido nos pusieron a todos los que nos dimos cuenta los pelos como escarpias.
Este tipo de fotos fotoperiodísticas , y además en blanco y negro, son las que hacen que realmente me divierta al proponermelas como retos. Los fotografos de boda necesitamos precisamente buscar estas situaciones que nos diferencia de los fotógrafos aficionados.
Además también monté el photocall con mi maleta de disfraces aunque ellos también pusieron también unos cuantos, pero lo más importante es que pusieron las ganas de fiesta, y eso es lo más importante.
Y si os habéis quedado con hambre, aquí está el vídeo con todas las fotos de esta boda, más de 3.000, todas todas, las buenas y las regulares, porque siempre digo que no me guardo nada, ni el día de la boda ni después, sin trampa ni cartón.
Y si os habéis quedado con hambre, aquí está el vídeo con todas las fotos de esta boda, más de 3.000, todas todas, las buenas y las regulares, porque siempre digo que no me guardo nada, ni el día de la boda ni después, sin trampa ni cartón.
Hacía muchos años que no pisaba la Duna para fotografiar una boda, aunque si que voy muchas veces al año para disparar mis sesiones de postboda, así que conozco perfectamente lo buena que puede llegar a ser la luz en esta zona de Valencia. Aquí tenéis como llegar por si os interesa para preparar vuestra boda…