Hoy os traigo esta veraniega y calurosa boda celebrada en el convento del Santo Espíritu de Gilet, pues aparte de lo bonito del paraje, es donde fue bautizado Luis. Miren es de algo más al norte, bueno, bastante más porque encima de San Sebastián ya no hay más que mar! Y no estuvo sola, porque además de su familia vinieron muchos amigos a acompañarla, lástima que no se trajeron algo del fresquito porque hizo un día realmente caluroso. Ya lo dijo el cura en la misa “una boda de mezcla, en la que la lluvia del norte se mezcla con el sol valenciano”.
La comida y fiesta la disfrutaron cerca del mar, en el reconvertido a salón de bodas Veles e Vents, con unas vistas magníficas de todo el puerto, una arquitectura curiosa y mucho espacio para bailar.
Para no hacer madrugar mucho a Luis, en este reportaje empecé directamente con la novia, que estaba en un hotel de Valencia.
A la salida y tras el arroz en el Santo Espíritu del Monte, los hermanos de Miren les bailaron el tradicional y popular Aurresku en las bodas, que aunque no son Dantzari ensayaron para hacerlo de maravilla, pues sabían que a Miren le haría mucha ilusión.
De la decoración se encargó El sueño de Patricia.